CUANDO LA LUNA CAMBIE A MENGUANTE (FRAGMENTO)

BARDOS Y GOLIARDOS DE HOY




VI



He aquí la noche. Noche del mapache nocturno. Noche encerrada en los muros del pequeño guijarro. Noche sin puentes al día. Brasa enterrada en los corazones. Espacio atrapado en la pedrería cósmica. Noche ataviada con una túnica de loco. Noche de puño sesgado para más claros dolores. Noche de crótalo acechante. Puerta de la noche abierta a la gran oscuridad perdida en la noche. Noche que busca la noche. Gran contienda de la luz contra los guías. Barca sin retraso donde apagados ojos pescan trozos de sol dormido. Agitado punto donde se esconde el secreto de la fugaz clorofila. Cofre de sándalo marino viajando en la antigua tortuga. Noche verde de agua terciaria. Noche de metal licuado en el pecho del viajero castigado a no reposar. Noche del escorpión florido. Estridencia del deseo del algodonal en flor. Ultima casa de las despedidas. Corazón migratorio del cuervo sin patas. Paridora de estrellas. Pinar henchido hasta esbozar la pirámide de la noche. Llave de la morada sangrienta donde habitan el mirto perfumado y las huellas del pan. Monstruo depredador de los señores del ocaso. Dulce ama de la única página escrita. Palabra embriagante del ébano designador del otoño final. Noche abismal frente a las grutas guardadoras del polvo que dejara el portador de la señal. Garra del dador de la fuerza. Espina salvadora de los anuncios proféticos del gallo. Tatuaje encendido en la piel lunar. Bálsamo planetario, sanador de todas las llagas. Piedra sagital en el altar del templo. Ofrenda de la oscuridad. Clave de los extraviados en la noche. Cómplice del que huye del astro juez. Aceite de las lámparas oculares. Atalaya rodante para el gran descubrimiento. Carro en que los dioses se transportan a la noche. Consigna de los que reparten la muerte. Tiesto para criar planetas. Fermento de continentes. Amapola de los mares. Noche de luengos cabellos. Noche de manos como las sedas de oriente. Aposento de la espera. Sabroso lecho para el que vino a cansarse. Anónima tinta del más bello cuento. Purgadora de penas. Humo adormecedor del rostro cansado. Sutil velo de caricias salvajes. Cauce indómito del agua reveladora. Puerto angular para los rescates. Playa añorada por el náufrago vencido. Araña tejedora del total suplicio. Isla lacustre en el alma de la rosa seminífera. Bosque mineral en la carne de los melones. Noche de manglar para las nupcias del lagarto con la machorra ancestral. Piedra prismática en las profundidades oceánicas. Catedral del silencio de los epitalamios. Caja sonora para entrojar los gritos del que clama en los desiertos. Esposa callada del loco que clavaron a tus brazos. Volcán de oscura ceniza para detener la mañana. Crisálida de alas grotescas que agitan el bosque de los tiempos. Transmisora de los mensajes divinos. Istmo de las separaciones. Sacerdotisa de la gran serpiente guerrera. Noche fulgurosa en el remolino de la tempestad. Paridora del trigo. Plantadora de ceibas. Vieja lechuza que conoce las veredas por las que huyó la antigua raza. Noche traída de las aguas del otro lado de la noche. Amante profana de los dioses. Hoguera del santo. Noche de lluvia violeta. Noche de la bomba viajando entre la noche de dos continentes anegados en la noche. Noche de la sensual hembra troyana. Noche de la tierra conquistada por los que vestidos de día buscaban el oro de tu techo ovoidal. Beso etéreo de los conos opuestos por sus vórtices. Abre tus secretas rutas. Acepta el conjuro del dador de la luz. Muestra tus pechos túrgidos al que viaja con el oriente. Lleva por tus montañas al cachorro que perdió el rastro de su madre enloquecida. Déjate arrastrar por sus gritos turquesa. Sube con él a la noria del cráter visceral. Acaricia con tu arena su rastro de pescador solitario. Perfuma con tu fragancia de noche frutal sus palmas de sabio marginado. Impulsa tus naves en su caudaloso río. Sé presa de su arco certero. Noche proclamadora de mineral espanto. Heraldo del gran ofrecimiento. Péndulo signador de la eterna catástrofe. Noche suave para escanciar el vino de la hora definitiva. Voz de la palabra. Danza de los equinoccios. Nocturna tierra labrada de noche. Camino edificándose. Noche despierta al anuncio de la fertilidad. Señora de la casta de los estuarios. Vaso en que bebe el trashumante. Pedernal para el incienso de las grandes celebraciones. Tótem inicial del que parten todas las dinastías. Fuerza gobernadora de los centros originarios. Abuela de la estirpe poseedora del asombro. Doble pico del águila bicéfala. Entrega tu joya sangrante al explorador de la tierra prometida por los dioses de la noche. Noche hecha con el aliento de la noche. Noche elegida por las noches. Noche sepultura de la noche. Noche espejo matinal de la noche. De todas las noches noche.

René Rodas
El Salvador
1962-







Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Como hace 2 décadas, guardo un profundo respeto por la palabra de René, en especial este texto: Cuando la luna cambie a menguante. Doy fe que es un texto maravilloso porque no he podido olvidar esos poderosos cantos.
Recuerdo otro libro de René: "Mundo de penumbras"... igual de hipnótico y lleno de color, a pesar de ser penumbras.
Excelente.

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