EL RITUAL DE VESTIRSE

PALABRA DE CÍCLOPE Mujer ante el espejo, Pablo Picasso, 1932 Se probó mallas de algodón y licra, treinta minutos frente al espejo fueron insuficientes para observarse desde todos los ángulos, se vio pliegues y abultamientos, formas que a cualquier hombre o mujer le parecerían apetecibles, se cuestionó su derrière perfecto, se imaginó gorda muy a pesar de levitar con sus 49 kilogramos. Las prendas cómodas suelen ser reveladoras, sobre todo las mallas que son la estampa de una segunda piel, de ellas nada se escapa, ni la pancita ni las estrías ni la celulitis ni las chaparreras, las mallas le quedaban muy bien como para que se las quitara contrariada, escogió entonces una mini falda y la dejó encima de la cama. Vendría acelerado el segundo dilema: ¿tanga o culotte?, en Francia se anunció la muerte de esa pequeña pieza de tela tan deleitable para la adivinanza donde termina la espalda y tan propiciadora de comezones, se interrogó si le gustaría más tener el culo al aire...