PALABRA DE CÍCLOPE La que es puta, vuelve El 17 de marzo como buenos irlandeses adoptivos celebrábamos puntuales la fiesta de San Patricio. Justificación perfecta para beber ingentes cantidades de whisky y regalar shamrocks a las deseadas. El Juanito caminante, no surgió ni en Belfast ni en Dublín, pero en sus andanzas escocesas llegaba de invitado de honor a trasnochar en algún bulín de la Ciudad de México. Éramos cuatro estudiantes de letras admiradores de Oliverio Girondo, Roberto Juarroz, James Joyce, Dylan Thomas, Arthur Rimbaud y el siempre recurrente Roque Dalton. El olor a solemnidad nos producía roña y amábamos la experimentación del rock progresivo. Nuestro anfitrión era un flemático londinense nacido por albures geográficos en Puebla de los Ángeles. Como fuera, todo él era extremadamente british. Su departamento, que rascaba al cielo, carecía de muebles: una mesa, cuatro sillas, un tocadiscos, dos bocinas y una hilera de dos mil viniles ordena...