VEJEZ Y SABIDURÍA

PALABRA DE CÍCLOPE Muchos creen que la vejez es sinónimo de sabiduría como si la experiencia acumulada redimiera los errores de toda una vida, como si llegar a cierta edad nos acercara a la beatificación y luego a la santidad, de súbito olvidamos los yerros y a la gente que lastimamos en el camino, las arrugas son surcos desmemoriados y permanentes en nuestra cara, nuestras manos tiemblan aferrándonos a un tiempo invisible en el que estamos a punto de expirar. Es cierto que entre más vivimos más conocemos pero eso dista años luz de convertirnos en sabios, nos extraviamos en olores difusos y recuerdos amables, nos ufanamos que si volviéramos a nacer haríamos lo mismo que ya hicimos, la pertinaz satisfacción personal de equiparar logros con estupideces. El dicho de que “el diablo más sabe por viejo que por diablo” evidentemente fue la expresión de un anciano, un espectro viviente esperando el momento de partir, el abuelo o la abuela casi siempre compasivos, nuestra madre o nuestro padre ...